¿Cómo elegir un sistema de climatización para piscina?

El Instalador - Climatizar piscina
El Instalador - Climatizar piscina

¿Cómo elegir un sistema de climatización para piscina?

Calentar el agua de la piscina permite alargar la temporada de baño entre 2 y 4 meses. Si estás valorando qué tipo de sistema de climatización quieres instalar para tu piscina, es importante tener en cuenta el coste de la instalación, pero también el coste de energía que supondrá cada opción.

A continuación, te mostramos los sistemas de climatización para piscina:

Son la solución más sencilla y económica en términos de la instalación. Las calderas eléctricas se colocan en el circuito de impulsión de agua hacia la piscina y se ponen en marcha mientras la depuración está en funcionamiento. Disponen de un termostato (mecánico o digital, según el modelo) que se ocupa de regular la temperatura de salida. 

Para adecuar el funcionamiento de la bomba, suele calcularse 1,5Kw de potencia por cada 10m3 de agua a calentar. Los calentadores eléctricos en “U” proporcionan mayor potencia de calefacción y cuentan con sistemas digitales de control y programación que hacen mucho más.

Otra opción mucho más económica es la calefacción solar, que consiste en integrar un circuito con un panel para energía solar. La eficiencia del sistema depende del clima y de las horas de sol, por eso te recomendamos que inviertas también en baterías solares.

Existen modelos especialmente diseñados para piscinas y es un recurso útil para mejorar la temperatura de piscinas pequeñas elevadas.

Su instalación es muy sencilla, se pueden recoger en verano o, en el caso de los paneles más grandes, protegerse con un cobertor. Para su funcionamiento se sitúan, conectando los racores Fitting de los tubos, a partir del tubo de impulsión a la salida del sistema de depuración.

También existen modelos semiesféricos pensados para calentar unos 10.000 litros, que se pueden instalar en serie. Son ideales para volúmenes mayores o para disponer de una mayor superficie de rendimiento solar y un calentamiento más rápido.

Los intercambiadores de calor se utilizan sobre todo en spas y piscinas cubiertas, pero se pueden acoplar a cualquier piscina. El intercambiador es un sistema de calentamiento del agua que cuenta con dos circuitos. Un circuito toma agua del sistema de impulsión y lo reenvía a la piscina. El otro circuito se conecta con el sistema de calefacción disponible en la casa (como una caldera de gas, de gasóleo o un captador de energía solar) y utiliza su potencia para calentar el agua. De este modo se puede aprovechar, por ejemplo, la potencia calefactora de la caldera para calentar el agua de la piscina en los meses templados del año.

Desde el punto de vista de la instalación, es como si se añadiera un radiador más al circuito de calefacción de la casa. En caso de no poderse integrar directamente al circuito de calefacción de la caldera y utilizarse, por ejemplo, conectado a un acumulador de agua alimentado por energía solar, se debe elegir un modelo provisto de bomba para mover el agua.

Existen dos tipos de intercambiadores de calor:

  1. Multitubular: Es el más económico y se compone de varios tubos (tanto para el circuito de calefacción como para el de la piscina) que calientan el agua por contacto.
  2. De placas: Ofrece un rendimiento más alto, ya que el agua en lugar de circular por tubos lo hace por placas. Al aumentar la superficie de contacto se consigue calentar más agua en menos tiempo.

 

Los intercambiadores de calor pueden suministrarse con diferentes configuraciones, según las necesidades de la instalación:

  1. Básico: Se suministra solo el cuerpo del intercambiador. Se podrá regular la cantidad de agua caliente que se genere dependiendo del sistema de calefacción de la casa.
  2. Con regulación: Monta un sistema de sondas y termostato que permite controlar la temperatura del agua que se lleva a la piscina.
  3. Con regulación y bomba: Es el sistema más completo. Aparte de llevar la regulación integrada, al incluir bomba de recirculación, se puede elegir cuándo y cuánto se calienta la piscina. Además, garantiza una correcta y rápida recirculación del sistema de calefacción de la piscina aumentando así su rendimiento.

La bomba de calor funciona como el aire acondicionado, pero en lugar de calentar aire, calienta el agua. Para realizar el intercambio térmico utiliza las propiedades del gas refrigerante que absorbe el calor del exterior y se lo cede a su circuito interior. Igual que pasa con las bombas de calor de aire acondicionado, para extraer calor no es necesario que el aire exterior esté más caliente que el agua.

La principal ventaja que aporta este sistema es su bajo consumo comparado con el que requieren los calentadores eléctricos e intercambiadores. Sólo el 20% de la energía producida es de origen eléctrico, el resto corresponde al trabajo del gas refrigerante al que antes nos hemos referido.

Para utilizar un equipo de bomba de calor debes hacer la misma adaptación en el cuadro eléctrico de la alimentación de la casa que harías con un equipo de aire acondicionado y puedes colocarlo en superficie en cualquier punto alrededor de la piscina.

Hay diferentes bombas según el tamaño de la piscina, debes tener en cuenta este dato a la hora de escoger una. Otras diferencias entre las bombas son la calidad, que determina su rendimiento, la compatibilidad con distintos sistemas de desinfección (por ej. la cloración salina) y los decibelios de sonido que genera al estar en funcionamiento.

¡Y a disfrutar tu piscina todo el año!

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